Washington, 24 nov (Prensa Latina) Más de 30 millones de personas pobres y de bajos salarios que viven hoy en Estados Unidos no votaron en las elecciones porque dijeron que nadie habló por ellos ni de sus problemas, según un destacado pastor evangélico.
«Creo que la gente se desanima porque siente que la política es solo un juego de ricos y que las cosas realmente no van a cambiar», advirtió el reverendo William J. Barber II, director fundador del Centro de Teología Pública y Política Pública de la Escuela de Teología de Yale, al comentar sobre el inminente segundo mandato de Donald Trump.
Muchos partidarios de la candidata demócrata Kamala Harris aún tratan de entender las fuerzas detrás de la victoria del republicano, expresó.
Trump ganó menos de la mitad del voto popular, donde su margen de victoria fue menor que el del presidente Biden en 2020. Aun así, arrasó en los siete estados clave y ha obligado a los demócratas a preguntarse qué deben hacer para llegar a más votantes de la clase trabajadora y latinos, subrayó Barber en entrevista concedida a la cadena CNN.
El religioso dijo estar «profundamente preocupado por este país» y advirtió que tanto el Partido Demócrata como el Republicano le fallan a la clase trabajadora.
«Estoy profundamente decepcionado de que haya alguien que escupe tanta violencia y crueldad, un abusador sexual (un jurado federal determinó el año pasado en un caso civil que Trump abusó sexualmente de una mujer en 1996 en la ciudad de Nueva York) que claramente no cree en el estado de derecho. Miente, maldice y crea una lista de enemigos», comentó.
Añadió que, si la vicepresidenta Harris hubiera hecho la mitad de una de esas cosas, sus cifras en las encuestas habrían caído y ni siquiera habría podido mantenerse en la carrera. «Trump es capaz de hacerlo y, de alguna manera, muchos estadounidenses miran para otro lado», enfatizó.
Para que la gente diga que todavía lo apoya, hay algo profundamente mal en una gran parte del país. Y luego, lo que realmente me sorprende es la cantidad de personas que todavía eligen no votar, afirmó el también fundador del Repairers of the Breach, un grupo que capacita a líderes luchadores por la justicia social.
«¿Qué tiene nuestra sociedad que puede ver a alguien que se inclina por el fascismo y no hay un esfuerzo total para llegar a las urnas y decir que no? ¿Cuál es su respuesta a esa pregunta? ¿Qué tiene la gente que vio todo esto y aun así no votó?»
Si nos fijamos en los dos debates (presidencial y vicepresidencial de 2024) -acotó-, a ningún candidato se le preguntó cómo afectarían sus políticas a los problemas de las personas que mueren todos los días por la pobreza y los bajos salarios.
A ningún candidato se le preguntó si aumentarían el salario mínimo, que no hemos aumentado en 15 años, sentenció al recalcar que «los debates descartan a mucha gente».
Así que nuestro discurso, o la falta de él, está provocando que cada vez más personas simplemente se alejen del proceso político, concluyó.